lunes, 19 de agosto de 2013

Los siete locos, de Roberto Arlt

Citas de Los 7 locos de Roberto Arlt


Una respuesta de Erdosain: “Sí, algo estudia uno para destruir esta sociedad”. Un cierto toque de ironía que no tiene, en realidad, la novela de don Roberto. En realidad Erdosain es un inventor fracasado. Sus inventos no acaban de materializarse y además él no cree demasiado en sus posibilidades. Entre los estrafalarios inventos que sugiere  está la metalización de las rosas y la tintorería para perros. Pero también estudia medios para acabar con la humanidad, gases tóxicos, cañones de sonido y rayos de la muerte.

Cita: “Los hombres están tan tristes que tienen necesidad de ser humillados”. Erdosain está triste hasta ese extremo y Erdosaín, y sus angustias,  representa a la humanidad en esta novela. El hombre ha perdido interés en la vida. La vida moderna lo mantiene esclavizado con sus rutinas y sometido, sin posibilidad de desarrollar sus sueños. La sociedad moderna ha matado los sueños del hombre, la tecnología, los descubrimientos científicos le han robado al hombre la posibilidad de soñar, es decir –esto lo incluyo yo –de infinito, todo está explicado, resuelto. El único papel del hombre es el que realiza en las ciudades como un mero elemento de la maquinaria social. Cualquier hombre que tenga aspiraciones se ve inmediatamente sofocado. Este es un poco el espíritu de sociedad que se representa en esa novela, yo recordaba a aquellos bajos fondos de Metrópolis.

Cita: “A pesar de todo es necesario injertar una alegría en la vida. No se puede vivir así, no hay derecho. Por encima de toda nuestra miseria es necesario que flote una alegría, qué se yo, algo más hermoso que el feo rostro humano, que la horrible verdad humana. Tiene razón el Astrólogo, hay que inaugurar el imperio de la mentira, de las magníficas mentiras”. Este es en realidad el gran plan del Astrólogo, fundar una nueva sociedad en la que la mayoría de la sociedad sea mantenida en la ignorancia para que puedan volver a cuajar en ella los mitos y las supersticiones. En principio no por beneficio propio sino por recuperar a una humanidad que de otra manera se ve abocada a la auto destrucción por simple desesperación de vivir.  Por otro lado, evidentemente, esa sociedad debería estar regida por unas élites inteligentes, que comprenderían, cuya labor sería crear mentiras para la masa, pero que a cambio viven alejados de ella y en una condiciones de bienestar superiores –vuelve otra vez la imagen de Metrópolis, la película de Fritz Lang.

Cita: “Un espejo de agua mordía los troncos de los árboles siempre florecidos en blanco mayor”. Erdosain  sufre o disfruta de extraordinarias visiones a cada momento. Verdaderas escenas se le representan y la narración se va por ellas confundiéndolas con hechos reales. En otras ocasiones son imágenes poéticas como esta o absurdas como verse a sí mismo rodeado de “tiburones tuertos”

Cita: “Posiblemente en aquel instante, en él se destruyó todo el amor inconsciente que el hombre siente por una mujer, y luego le permitirá afrontar situaciones terribles, que serían insoportables de no haber sucedido previamente aquel momento”. Me parece una cita terriblemente precisa y acertada. Esos momentos existen. Y cuando no, ese momento terrible que te alcanza te golpea como un rayo sobrevenido de no se sabe dónde, y es cuando recuperas  todos esos miedos, esos recelos a lo desconocido y supersticiones ancestrales, el viejo terror a lo misterioso y terrible que nos acecha desde el otro lado. No recuerdo bien pero creo que esta frase concluye el momento en que Elsa le acaba de contar a Erdosain un encuentro con el Capitán.

El discurso de Hipólita sobre los hombres: “Todos son así, sin embargo. Los débiles, inteligentes e inútiles; los otros, brutos y aburridos. Todavía no he encontrado entre ellos uno digno de cortarle el pescuezo a los otros, o de ser un tirano. Dan lástima.
Pensaba así frecuentemente, a medida que la realidad deslucía los fantoches que su imaginación teñía de vivos arrogantes un momento. Podía señalarlos con el dedo. Este pelele erguido, perfumado y severo que los días hábiles hacía reputación de su empaque y silencio, era un infeliz lascivo, aquel otro pequeño y modosito, siempre gentil, discreto y sensato, era víctima de vicios atroces, aquel brutal como un carretero y fuerte como un toro, más inexperto que un escolar, y así todos pasaban ante sus ojos anudados por el deseo semejante e inextinguible, todos había abandonado un instante las cabezas en sus rodillas desnudas, mientras que ella, ajena a las manos torpes y a los transitorios frenesíes que envaraban los fantoches tristes pensaba, áspera, la sensación de vivir como un sed en el desierto.
-Así era. A los hombres sólo los movía el hambre, la lujuria y el dinero. Así era.“
/…/
“En el transcurso de los días, los raros personajes de novela que había encontrado, no eran tan interesantes como en la novela, sino que aquellos caracteres que los hacían nítidos en la novela eran precisamente los aspectos odiosos que los tornaban repulsivos en la vida.”

Los personajes de 7 Locos.
Erdosain (Augusto Remo) Inventor estrafalario, atormentado porque su vida es miserable. Es débil de voluntad pero con una imaginación emprendedora. Al no conseguir salir de su miseria y no ser capaz de actos desesperados que lo saquen de ella se atormenta. Roba pero con temor, sueña en matar pero delegando en otro el acto.
Gregorio Barsut. Es otro desesperado, pero de signo diferente. Este envidia a Erdosaín porque a él le ama Elsa. No le importa Elsa, y desprecia profundamente a Erdosain, pero que ellos tengan ese amor, que Elsa ame a Erdosain  a pesar de lo débil y miserable que es, mientras que  manifiesta por él un claro desprecio le parece inexplicable. Gregorio es un psicópata, sin ninguna empatía, el sufrimiento de Erdosaín solo le provoca burla, a cambio no siente ningún pudor en contarle todos sus pensamientos y aún espera que este se le muestre agradecido por ser tan sincero con él.
El Astrólogo es un profeta, un visionario que aspira a hacer una revolución mundial que destruya la sociedad de los hombres al completo, porque según él está completamente podrida, ha perdido todo su fundamento. Esto es esencialmente debido a la pérdida de Dios. El Astrólogo es completamente ateo, pero cree que el hombre debe creer en algo que esté más allá del propio hombre porque de lo contrario su vida carecerá de sentido, de objetivos, de necesidad. En la sociedad tecnificada y en los avances y usos de los conocimientos científicos ve la manifestación de este efecto. El hombre se aburre de vivir, sus esperanzas son aplastadas por la simple realidad. El hombre necesita una gran mentira que lo impulse. Y puesto que ya hemos descubierto que no hay Dios, es necesario retroceder en el conocimiento, volver al estado de superstición.  El Astrólogo aspira a crear una sociedad en la que una pequeña élite, inteligente gobierne a la masa ignorante pero feliz por haber recuperado sus ideales y supersticiones que le hacen poner sus esperanzas más allá del hombre.
Ergueta es un loco. Un tío genial que lleva una vida de facineroso, borracho, putañero y jugador, pero que ha descubierto a Jesucristo. Y está en esa lucha del orgulloso “bacán” que no se arrodilla ante nadie, frente a Jesus, a quien desea adorar.
Hipólita. Una mujer fascinante. Siendo criada comprendió que no quería ser criada toda la vida y preguntó a un abogado cómo tenía que hacer para convertirse en una mujer de la vida. Es decir, tenía claro que podía vivir de otra manera sin sacrificios pues a ella la lujuria de los hombres no era algo que la estorbara ni le perturbara. Ella simplemente se veía disponiendo de un instrumento y pensaba aprovecharlo.  Termina casándose con Ergueta, el único hombre que parece encajar en su idea de hombre ideal, pero el pobre tipo acaba volviéndose loco. Acude a Erdosain en busca de ayuda.
Haffner, el Rufian Melancólico. Fue profesor de matemáticas, pero ahora es cafisho. Y le va muy bien. Se ha unido a la banda del Astrólogo, pero solo como asesor. A él no le importan los ideales del Astrólogo ni cree en ellos, pero se aburre y las ideas del Astrólogo le parecen curiosas, por eso le asesora, pero no quiere que le consideren formando parte de nada.

Cita: “Hasta en determinados momentos tuvo en la epidermis la sensación, que solo se tocaba con los bordes de su alma…”, frases que suelta, en medio de los ensimismamientos de Erdosaín, nuestro gran don Roberto.
Cita: “Y el espacio entró en él como el océano en una esponja”

Cita: “No se arrodilló (ante el Nazareno) porque un bacán conserva siempre la línea y no se arrodilla frente a un carpintero judío” Ergueta, ya en el manicomio, se encuentra con el mismísimo Jesucristo. Aunque esta frase parece de desprecio, es todo lo contrario, de hecho más adelante abandona su orgullo y se arrodilla.
Cita: “Lamentábase de que no hubiese allí alguien con quien golpearse para demostrarle al Señor cuánto lo quería”. A esto me refiero. Lo ama Ergueta al Señor, pero es un bacán y lo ama a la manera de un bacán.

Cita: “¡Ah!, poder dormir en el fondo del mar en una pieza de plomo con vidrios gruesos. Dormir años y años mientras la arena se amontona, y dormir”. Otro de esos momentos de Erdosain.

Cita:” El superhombre es la voluntad en su máximo rendimiento” Una de las sentencias de El Astrólogo.




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