martes, 21 de mayo de 2013

Mentiras



Pocas sensaciones más desagradables conozco que la de descubrir una mentira. Esa sensación de ver desaparecer todo un universo que te habías creado detrás de una falsa verdad y que te deja como desnudo -una desnudez metafísica si se quiere. Naturalmente, esto me ocurre cuando el asunto es relevante y me afecta directamente. Soy muy crédulo y generalmente aplico una máxima de indiferencia, en cuanto no tenga que ver conmigo no veo en que pueda afectarme una verdad o una mentira, así que si alguien afirma que es verdad yo me lo creo. Me contrapongo a quienes andan a la caza de una falsedad detrás de cada afirmación, les afecte o no, lo cual les toma un trabajo constante de estar poniéndolo todo en duda; agotador. En un cuento de Ray Bradbury un personaje se presentaba como Charles Dickens, y en verdad vestía con ropas anticuadas, y cargaba con libros y manuscritos. Pero la historia transcurría en una época en la que ya don Carlos hacía muchos años que había muerto. El muchacho presentaba al personaje a su abuelo, “Abuelo, este es Charles Dickens”, el abuelo, sin inmutarse estiraba la mano para apretar la del hombre y replicaba: “los amigos de Nicolas Nickleby(*) son mis amigos”. Esa es la actitud a la que me refiero. Sintéticamente el abuelo expuso en esa amigable frase, que no desconocía al célebre autor, ni su obra, y que probablemente estaba al tanto de su biografía, y que sin embargo aceptaba perfectamente que alguien tuviera el capricho de querer ser Charles Dickens. Al mismo tiempo preservaba con delicadeza la credulidad inocente del muchacho.

*Personaje de La vida y aventuras de Nicholas Nickleby de Charles Dickens

NOTA: Vaya, descubro que hay precisamente una película que desarrolla este cuento de Bradbury, y cuyo título es precisamente la expresión del abuelo: Any friend of Nicholas Nickelby is a friend of mine.

2 comentarios:

  1. Mentimos, nos mienten e incluso nos mentimos a nosotros mismos. Puede que la mentira esté intrisicamente relacionada con ser humano.

    Tal vez, sólo tal vez, y es una propuesta que no tengo claro que sea aceptable, debamos considerar la mentira en función de sus consecuencias.

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  2. Es aceptable teniendo en cuenta lo anterior. Si la mentira es inevitable en todos los ámbitos de nuestra vida, incluido el "intrapersonal", va a ser necesario convivir con ella y decidir cuándo es aceptable y cuando no, buscarse un criterio.

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