martes, 16 de abril de 2013

No es país para un corazón en otra parte

Ayer he visto dos películas. Veo muchas películas últimamente. Debo estar en el punto de mira de los mercaderes de la cultura porque no pago por ninguna, salvo a la telefónica. Una cosa he de decir: si tuviera que pagar no las hubiera visto, o hubiera visto muchísimas menos y hubiera leído más, que tengo muchos libros por leer acumulados. Quiero decir que las he visto a coste cero. No se vayan a creer que han perdido dinero conmigo, no hubiera pagado por la mayoría de ellas, aunque de todas maneras no hubiera podido hacerlo, porque “el mercado” no me hubiera dado posibilidad. Esas son las condiciones del mercado, no solo quieren que pagues, quieren que lo hagas por lo que ellos te venden cuando te lo venden y no por lo que tú querrías comprar cuando querrías hacerlo. Si tienes gustos alternativos eres un paria para el mercado, no le interesas y está dispuesto a dejarte morir de inanición hasta que acudas a comerte su mierda.
Pues bien, he visto dos películas: "Il cuore altrove" (dir. Pupi Avati) y "No es país para viejos" (dir. Los Coen) La primera es una historia de amor frustrado. La segunda es una historia de salvajismo humano. En la primera, Nello es un “inocente” muchacho de treinta y ocho años que no ha conocido mujer y que viene a enamorarse de la más bella, las más peculiar, la más loca; ella juega un poco con él -indiferente, aunque sensible ante sus sentimientos-, y lo deja tirado. En la segunda un tipo, Chigurn, busca a otro, Llewellyn, que se ha quedado con el dinero de una transacción entre mafiosos que acabó como una obra de Shakespeare, es decir, todos muertos. Nello obedece a Ana en todos sus caprichos, siempre encaminados a llamar la atención de su antiguo novio; es una de esas muchachas inteligentes, inestables, imposibles de atrapar, y eso es lo que ama Nello, a pesar de que creo que comprende desde el principio que él no tiene ninguna posibilidad con ella. Chigurn es prácticamente un robot, un tipo sin sentimientos, que hace lo que tiene que hacer con constancia y serenidad, con principios férreos; eso es algo que llama la atención, en realidad Chigurn es un tipo íntegro. Nello es completamente inocente, pese a su edad, y este es, probablemente, su primer amor, aunque él cuente a la chica que le hace la manicura, con la que se citó pero se excusó, ella, en el último momento. Chigurn va dejando cadáveres por donde pasa y el Sheriff Ed Tom no puede hacer nada más que observar y lamentarse de cómo han cambiado las cosas desde los viejos tiempos; lo que le asombra es esa facilidad, esa casi normalidad con que ese Chigurn va dejando muertos por ahí, para él es un símbolo de los tiempos terribles en que estamos entrando. El padre de Ana no se engaña con ella, y avisa a Nello de qué clase de mujer es; un poco por no hacer resistencia, conociendo con qué mañas gestionar las locuras de su hija, consiente en el compromiso de Nello con ella, supongo que a sabiendas del resultado. Chigurn no es un amoral, solo que tiene su propio código de conducta, lo que se demuestra al final de la película, cuando “cumple su promesa”, pese a lo gratuito que nos parece a todos, dentro y fuera de la película, que lo haga. Nello regresa a casa derrotado en su “aventura” de intentar llevar una vida distinta a la que le está destinada -su padre es sastre del Papa y espera que él continúe el negocio. En la última escena, Ed Tom cuenta a su mujer un sueño con su padre; yo veo ese sueño algo desconectado de la película, Ed se siente perdido y sueña con su padre que le guía y le prepara el refugio. Nello termina como esa película de Charlot en la que se va alejando contrito y ya en la distancia recupera la compostura y su andar bailarín y optimista; la manera de Nello es arrimarse a un grupo de seminaristas y ponerse a cantar junto a ellos, aunque a su manera, casi a gritos, lo que provoca el desconcierto de los futuros curas.

1 comentario:

  1. Creo que Chigurh no hace "demostración de poder". Es un tipo digamos que no amoral, sino con su propio código. Pero ese código lo sigue fielmente, en eso consiste su fuerza. Eso es clave para comprender por qué mata al final a la mujer de Llewelyn: simplemente porque lo había prometido y tenía que cumplirlo, aunque fuera absurdo por inútil -que la mujer siguiera viviendo no le iba a afectar para nada. No es uno de esos típicos personajes -abundantes en las películas americanas y que se van extendiendo por otros cines- con una filosofía muy a lo Sade, que matan porque pueden y eso les hacen sentir poderosos. Chigurh no funciona así, el no necesita "sentirse" poderoso matando, el mata simplemente porque hay que hacerlo para conseguir otros fines. Para él apartar una piedra que le estorba en el camino o matar a un tipo para quitarle el coche es lo mismo. En ese sentido es "menos" terrible que los "típicos" asesinos en serie cuyo objetivo específico es matar para satisfacer esa necesidad de sentirse poderosos. Chigurh no tiene ningún complejo a ese respecto, es poderos porque es fiel a sí mismo. Descártese de esta reflexión cualquier atisbo de "simpatía" por el personaje. Los personajes "amorales" (que no siguen nuestra moral) siempre me han parecido muchísimo más temibles que los "inmorales" (cuyo propósito es atentar contra nuestra moral), porque son menos previsibles. El concepto del Mal está más próximo al de la amoralidad que al de la inmoralidad.

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