Este poema de Cesar Vallejo siempre me ha parecido un poco tontorrón, ridículo, burletero. Pero es Cesar Vallejo, y es el único poema que me viene a la mente cuando siento tan desalentadoramente seca mi vena de escritor, que no acaba de expirar, pero tampoco sale de esa lasitud de fumador de opio que la ha ocupado toda su vida.
Quiero escribir pero me sale espuma.
Quiero decir muchísimo y me atollo;
no hay cifra hablada que no sea suma,
no hay pirámide escrita sin cogollo.
Quiero escribir pero me siento puma;
quiero laurearme, pero me encebollo.
No hay voz hablada que no llegue a bruma,
no hay dios, ni hijo de dios, sin desarrollo.
Vámonos, pues, por eso, a comer hierba,
carne de llanto, fruta de gemido,
nuestra alma melancólica en conserva.
¡Vámonos, vámonos! Estoy herido;
vámonos a beber lo ya bebido,
vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.
PosdData: ¿Por qué digo "fumador de opio" si yo nunca he conocido a ningún fumador de opio, todo lo más he conocido a fumadores de porros, algún drogadicto que me ha parado por la calle para pedirme algo, borrachos consumidores de tetrabriks? Porque no queda "tan literario".
Me gusta mucho el primer párrafo, que no es de César Vallejo, y, efectivamente, esa frase del fumador de opio es muy literaria y bella.
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