jueves, 11 de octubre de 2012

Simplemente se trata de… ¿de qué se trata?





No lo sé. Unas veces creo que es todo muy simple. La rutina. Y en medio de la rutina el sueño. Y ya está. Esa ventana del cuarto de los trastos que da al cielo infinito. Pero otras veces deseo salir de ahí. Y sé que el cielo infinito no me aceptaría, pero, al menos, salir del cuarto de los trastos. Y me asomo a la puerta y hasta me aventuro a dar un par de pasos en el pasillo que lleva al salón y a la cocina, a los dormitorios… a la puerta de la calle. No imagino cómo será abrir esa puerta.

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