sábado, 21 de abril de 2012

Dos extractos de Estación de Lluvias de José Eduardo Agualusa



1.- En Luanda, Artur y ella organizaban peleas de saltamontes, entre sí o contra mantis; en este último caso, las mantis ganaban siempre. Eran como pequeñas diosas traicioneras. Atacaban a los saltamontes por la espalda y les devoraban los ojos. Lídia las veía hacer esto muda de horror (de fascinación). A continuación, Artur iba a buscar una piedra y mataba a las mantis.

2.- Una [historia que le contaban] en especial la mantenía en vilo: la de las hechiceras cuyas lenguas se soltaban del cuerpo, iban arrastrándose por la noche, entraban en las casas y estrangulaban a los niños dormidos. La vieja Fina contaba que hace muchos años, una amiga suya, aún joven, se despertó por la noche, vio a los pies de la cama una de aquellas lenguas y la mató a machetazos. Al día siguiente descubrió que la madre estaba muda.

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