miércoles, 25 de abril de 2012

25 de Abril. Portugal


Me pasa poco, pero me alegra descubrir que aún hay cosas “del mundo” que me emocionan. No me sé explicar por qué esas en concreto y no el resto de infinitos sucesos que no despiertan en mí más que una ligera reacción. Cada año redescubro que la Revolución de los Claveles me emociona. Siento empatía con ese momento de esperanza que debió vivir la gente en las calles ese día. Me imagino llorando a moco tendido, gozosamente experimentando la sensación de que todo va a ser a partir de ahora hermoso y claro y feliz. Este artículo me ha hecho llorar.

2 comentarios:

  1. Siento lo mismo. Es esperanzador y no hay que cansarse de contarlo. Una revolución donde lo único que parecía sangre era el rojo de los claveles. Espectacular.

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  2. La historia relatada merecen esas lágrimas para ilustrar que la vida también puede ser en ocasiones "hermosa y clara y feliz".
    Recuerdo haber leído este artículo en su momento, pero no sé por qué no me atrevía a escribir nada.
    Lo cierto es que la historia es magnífica, emocionante. Y muy bien escrita.

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