jueves, 19 de enero de 2012

Juntacadáveres

Juntacadáveres
J.C.Onetti

¿A qué no sabes por qué le llaman Juntacadáveres? Pues porque Larsen, ese es su nombre oficial, era proxeneta de un montón de prostitutas “viejas”. Por eso. La vocación de Larsen es montar un prostíbulo. Todos tenemos, dicen, una vocación, unos la han descubierto ya y a otros nos iluminará el remordimiento el último segundo de nuestra vida, y esa era la de Larsen. Por eso acabó en Santa María. Esperó un año y perdió la esperanza, pero al final montó el prostíbulo, una casa celeste junto a la costa. La cosa no duró mucho, las fuerzas de la castidad y la decencia se confabularon para acabar con ese foco de inmoralidad: “queremos novios y maridos castos y sanos”. Y al final los expulsaron. ¿Es todo verdad o una invención de Díaz Grey, como le acusa Jorge?, no lo sabemos.
Todo esto no importa. Si crees que es posible destripar un libro de Onetti sin leerlo es que nunca has leído a Onetti y probablemente no mereces leerlo. Lo acabarás tirando a la papelera. Lo que importa de Onetti es su prosa. Son sus frases demoledoras. Es la sensación de desolación esa que te comunica. Eso es lo que vas a encontrar si lees con atención y despacito cada frase, como chupando un caramelo, sin masticarlo.
Otra cosa. De Onetti no se sale vivo. En realidad a Onetti no se llega vivo. Ya estás muerto cuando llegas a Onetti. Ya sabes que eres un personaje de Onetti y por eso sigues leyendo. Y cuando lo terminas, ya sabes qué va a ser de tu vida: nada. Y que seguirás viviendo por inercia. A ver qué pasa después. Lo único bueno que tienen los libros de Onetti para la vida es que se acaban y gracias a dios podemos olvidarlos. Pero luego hay otros. Porque Larsen volvió a Santa María para hacer fortuna en otra fracasable ambición, casarse con la hija de Petrus, el dueño del Astillero. Y antes de eso, antes de esto, Díaz Grey había disfrutado de una Vida Breve gracias a Brausen. En fin, que nada ha terminado ni ha empezado aquí. Ya lo dije, nada.

No hablé de Julita y Jorge. No quiero manchar de mis palabras todo eso.

“No hubo Federico, no está el mundo, no hay Santa María. Todo lo que veas fuera de aquí es mentira, todo lo que toques. Y hasta lo que pienses fuera de aquí y lo que pienses estando aquí y que no tenga relación conmigo. Con esto. Contigo y conmigo. Con este cuarto.”

“Vuelvo a besarla rozándola apenas para conservar su sueño, su ausencia, la postura impúdica y abandonada…”

“Sólo ella podía ver cómo me alejaba para bajar, sin remedio, hacia un mundo normal y astuto cuya baba nunca se acercó a nosotros. Julita y yo, desde ahora yo solo, soportándola, por fin, honradamente, de veras”

4 comentarios:

  1. Me ha encantado eso de que "a Onetti no se llega vivo". Genial.

    ResponderEliminar
  2. Una cosa es que usemos las clasificaciones para ordenar las cosas en la mente y otra que la realidad quiera ordenarse conforme a las clasificaciones que nos inventamos. La prosa “contra” la lírica. El poeta “contra” el novelista. Onetti está por encima de este esquema simplificador. Escribe unos textos de los que no podría decirse que son una “historia bien contada”. ¿Están entonces “mal contadas”? Están magníficamente mal contadas. Están desorganizadamente bien ordenadas. Enlazan una tras otra metáforas líricas en párrafos de prosa eficazmente ineficiente. ¿A quién carajo le importa lo que pasa en una novela de Onetti? Lo importante es que disfrutas con cada palabra que te cuenta eso cuyo detalle no te importa.

    El hombre escribe desde los cementerios. Todos los propósitos humanos son baldíos. Todos los personajes están derrotados de antemano. Mantienen la ficción de que albergan algún propósito para que las palabras del autor puedan escribirse sobre ellos.

    ResponderEliminar
  3. Hace muchísimos años compré tres libros de Onetti (El astillero, La vida breve y Los adioses); empecé por El astillero (edición de cátedra) y lo abandoné a las primeras de cambio; los otros dos ni siquiera los abrí. Hace dos años,no sé muy bien por qué, volví a El astillero me impactó, me atrapó definitivamente:lo leí dos veces seguidas y todos los años vuelvo a mi cita con ese libro (acabo de leerlo). Cada vez me gusta más. Leí después los otros dos y me fascinaron. Los adioses lo he leído muchas veces; esta semana he leído por vez primera Juntacadaveres y El pozo. Onetti es un genio, el más grande, indispensable. Si tuviera que elegir un libro de Onetti sin duda elegiría El astillero: todo ( su estilo, el mensaje, los personajes, la atmósfera) es brutal,descomunal. Creo que es una de las mejores novelas de todos los tiempos. Suscribo lo que dice el autor sobre Onetti: cuando lees a Onetti ya nada es lo mismo.

    ResponderEliminar
  4. Yo leí una cuantas novelas y todos los cuentos de Onetti de una sentada. Para mí la más redonda de sus novelas es Los Adioses. Pero cuando escribo esto me acuerdo de Para una tumba sin nombre y luego, claro de Juntacadáveres, y al final llego también a El Astillero, así que ...Todo Onetti es mi novela favorita. Gracias por compartir tus impresiones.

    ResponderEliminar