jueves, 10 de noviembre de 2011

Salmodia del hombre feliz que tenía dudas

¿Y si no lo merezco?
¿Y si no merezco la suerte que he tenido?
¿Dónde pago yo eso ahora?
¿Qué demonio vendrá a partirme las piernas
a cuenta de los intereses que debo?
¡Alejen de mí esos ángeles tentadores!
¡Alejen de mí el Paraíso!
Díganme primero el precio que debo pagar.
No me dejen en la incertidumbre de la deuda.
Denme mi cuota de dolor ahora.

2 comentarios:

  1. El karma te dará lo suyo: nadie puede ser feliz y darse cuenta de ello.

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  2. Desgraciadamente, nuestra época fomenta que cuando llegamos a ser felices, o a atisbar durante un breve y fugaz momento eso que podría ser la felicidad, al momento dudemos de su pertinencia y de su permanencia.
    ¿Acaso no tenemos derecho a ser felices?

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