jueves, 20 de octubre de 2011

Es mentira todo lo escrito

Es mentira todo lo escrito. El significado de las palabras pertenece al mundo de los sueños, porque la realidad que evocan no es la realidad contante y sonante, sino una realidad paralela interpretada por cada uno de nosotros. Cuando yo escribo, quiero expresar - o no - algo que no se ajusta a lo que escribo más que en una pobre medida. Cada palabra que utilizo la uso porque le doy un significado desde mi ser y comprender las cosas. Al leerlas tú, las comprendes con otro significado que tendrá, por convenio social, un sentido vagamente aproximado al que yo le di, pero con unas repercusiones muy distintas en tu interior, en tu propio mundo. Lo que tú crees que yo he dicho está, probablemente, muy alejado de lo que yo he querido decir. Pero no podemos ir por el mundo con estos presupuestos. Así que tú crees que lo que yo he dicho es lo que tú crees que he dicho. Y yo creo que lo que tú has comprendido es lo que yo he querido decir. Pero nada de eso es verdad. Mientras nos atenemos a las cosas prácticas de la vida: son cincuenta céntimos, abre la puerta, la parte contratante de la primera parte, pues la cosa funciona. Pero cuando queremos ir un poco más allá y expresar sentimientos, emociones, estados de ánimo, opiniones, o simplemente hablar de nosotros mismos, la cosa se complica terriblemente. Es, tal vez, esto, la esencia de la incomunicación humana. Las palabras, muy probablemente, nos han alejado.

A esto se le suma la embriaguez de las palabras. Los que somos adictos a esto de escribir sabemos que muchas veces queremos expresar cosas que realmente no sentimos, sólo por el gusto de expresarlas con una retahila de palabras bonitas. Si somos ya definitivamente yonquis verbales, llegamos a un punto de confundir lo que sentimos con lo que escribimos y ya no sabemos si lo que escribimos lo sentimos o lo sentimos porque lo hemos escrito tan bien que da pena que no lo sintamos. Al final nos vemos metidos en tal barullo de confusión que no podemos afirmar con certeza nada de nosotros mismos. Es, tal vez, el momento de desintoxicarse.

Si ya estamos perdidos, como es mi caso, extraviamos completamente el sentido de la realidad. Escribimos para construirnos el mundo en el que habitamos. Lo moldeamos con nuestras palabras, narramos nuestros sentimientos no sentidos o sí, planeamos las respuestas que el mundo nos debe dar a nuestros requerimientos y un día, porque no lo vemos, simplemente porque no prestamos atención a esas pequeñas cosas de la realidad física que sostiene nuestro cuerpo sobre la tierra sujeto a las leyes de la naturaleza, nos caemos por el precipicio.

En resumen, doctor, creo que me estoy volviendo loco.

16 comentarios:

  1. Ultimamente me pregunto por el bien o el daño que le hemos ocasionado a nuestras mentes con tantas lecturas. ¿Qué parte de nuestro pensamiento nos pertenece y en qué parte ha sido invadido por otras voces? En cualquier caso esto es un proceso degenerativo irreversible y no creo que nos curemos a estas alturas de esta deliciosa adicción.
    Y ya sabes: "El poeta es un fingidor" (es que estoy leyendo a Pessoa)

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  2. Creo que has querido hacer, si bien que disimuladamente, una defensa de la tauromaquia.

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  3. Es cierto que hay frases bonitas que expresan sentimientos que no experimentamos y que es un delito dejar en el tintero. Dicho de otra manera, hay palabras preciosas para nombrar cosas que no existen y una cantidad enorme de sentimientos inefables. El poeta es un fingidor, y completemos que, finge tan completamente que hasta finge que es dolor el dolor que en verdad siente. Quizá, pregunto, tenga pudor y eso que los demás muestran de tal o cual manera, se le enrede en la lengua, que es como decir (¿Saramago?) en la palabra esa que tuvieron los griegos cerca de la razón, pegada al pecho y debajo de las calvas, mesándose las barbas.

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  4. Un texto escrito con una liviandad insultante sobre un asunto de calado hectométrico. Me ha provocado la risa y trata de cosa para tomar a broma. Reflexionaré, y si tengo algo que decir lo comentaré, pero no es seguro que concluya nada relevante.

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  5. El daño que provocó la aparición de la escritura es irreparable. Desde aquel momento infame la verdad ha sido transformada por una sarta de palabras que, para empezar, son patrimonio exclusivo de una horda despreciable, los alfabetizados. Todos los demás han quedado al margen del transcurso de la historia. Simplemente, no han existido. Los que manejan el lápiz así lo han decidido. No podemos hablar sino de géneros literarios, nunca de ninguna otra realidad ajena a tal o cual género literario. Existe el de la física, el de la literatura en sí, el de las matemáticas, el de la historia, etc. La hilazón de letras constituye una realidad paralela y autosustantiva sin conexión con lo real. Todo lo expresable es irreal y lo real es inexpresable. No hay más que leer este texto y sus comentarios para que quede demostrado irrefutablemente.

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  6. El Rey de Zembla otra vez20 de octubre de 2011, 23:50

    De momento, sigo sin tener nada más que añadir.

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  7. Digamos, pues, que todo está dicho y que sólo nos resta el silencio

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  8. ¿Por qué el Rey de Zembla no tiene un blog propio? No sé, es una sugerencia que le hago.

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  9. He decidido tomarme como una halago el comentario de Antonio Lino, antes que como una manera de mandarme de paseo por el cyberespacio. Permítaseme la inmodestia de considerar que la blogosfera ganaría en caso de abrir mi propio blog. Pero aclararé que a pesar de encontrarme en el exilio, las obligaciones de mi dignidad me ocupan muchísimo tiempo. Prefiero, de momento, disponer del que me queda para practicar la literaria pasiva, es decir, leyendo.

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  10. Un texto mareante. Esas letras de color blanco brillante sobre fondo oscuro extenúan la retina. Este blog debería ser cerrado por insalubridad óptica. O cambia el formato o acabaremos todos como Homero, ciegos como topos.

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  11. No me gusta que en los toros te pongas la minifalda. La gente mira parriva por que quieren ver tu cara y quieren ver tus rodillas. Los niñatos, que pesados, no dejan de contemplarte. Me revelo y me revelo y tengo que pelearme y ya los toros no los veo.
    Asi que ya lo sabes: no te pongas minifaldas, que yo tengo ganas de ver los toros de esta tarde sin pelearme con nadie.
    No me mires de esa forma que tus ojos me aturrullan. Y como sin darme cuenta, mi vida se va a la tuya. Que me quitas el sendido, y agua le pido al almendras y sombra pido a los rios.
    A ti mi mujer te dijo, cuando apareces en mi puerta: no enamores a ese hombre que ese hombre es mi mario.
    A mi novia le he prohibido que vaya sola a la plaza porque todos los vendedores tienen mucha guasa. La ronea el carnicero, el pescadero la guiña y hasta se mete con ella el niño del panadero. Todos le dicen piropos, hasta el guarda de la plaza. Y los celos ya me tienen medio loco.
    Tu eres aguita del rio y yo barquito velero. Me llevas donde quieres. Por donde quieras me dejo, pues eres ese mar brabio que arratra to lo que encuentra.Y yo soy velero a la deriva desde que te he conocio.
    Llévame a donde quieras, no me dejes a la deriva. No me dejes como un perro que en cualquier calle me muera.

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  12. Me alegra que alguien con criterio opine en este blog, que se me está convirtiendo en una verdulería. Gracias don Manuel.

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  13. Asco de Vida Asociación sin Ánimo de Nada21 de octubre de 2011, 18:14

    Tiene usted razón en todo lo que dice, don Riforfo. En nuestro colectivo tiene usted cabida, encaja con muchas de nuestras lúgubres ideas. Pero dese prisa en unírsenos, porque el próximo martes tenemos un suicidio colectivo en Tamadaba y si se demora usted, lo mismo se va a sentir un poco solo.

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  14. memeoentoosbosotrocabrone

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  15. No mientas. Si son mentiras las palabras, es mentira todo cuanto has dicho. No mientas.

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  16. "(...)llegamos a un punto de confundir lo que sentimos con lo que escribimos y ya no sabemos si lo que escribimos lo sentimos o lo sentimos porque lo hemos escrito tan bien que da pena que no lo sintamos".
    Quizás en los que escriben haya un poco de las dos cosas, sin que ninguna de ellas llegue a dominar completamente a la otra. Se escribe porque se siente pero, al mismo tiempo, podemos llegar a sentir cosas que nunca habíamos sentido sino después de haberlas escrito.
    Creo que esto es así porque nuestro pensamiento es un pensamiento lingüístico, que se desarrolla y perfecciona dialécticamente a través del lenguaje.
    En fin, es una de las grandes paradojas, nada desdeñable, de la escritura, aunque en este post el tema haya sido tratado de forma sabiamente humorística.
    Saludos.

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