domingo, 24 de julio de 2011

Troya

Ya quisiera yo estar loco.
Pero loco de verdad y lanzarme detrás de las palabras.
Con la fiereza arrebatada de Ayante o de Diomedes
conquistaría la Troya imposible del sueño.

Nunca regresaría a casa.
Insultaría a los Dioses por el camino
para que pusieran al paso de mi nave
todos los obstáculos:
sirenas cantarinas, circes enamoradas,
feroces Polifemos.
Todo antes que pisar la tierra de Ítaca,
mi amada patria,
y retomar el papeleo del reino,
impartir justicia, cobrar impuestos,
invertir sabiamente en bolsa,
dictar leyes
y regresar cada noche al lado de esa mujer
que me ama y teje, teje y me ama
y no se clava nunca una aguja en un ojo.

2 comentarios:

  1. Parece que la primera persona de este poema es Ulises, o alguién que se compara con Ulises. Un Ulises un poco distinto al mitológico, ya que no desea volver con Penelope, sino que le guarda un cierto rencor por su feliz y aburrida vida en común; y que prefiere a la dulce monotonía del hogar, las incertidumbres y las penalidades de la aventura, en fin, que desea emoción y pasión. ¿Es usted este Ulises?

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  2. Preguntarle a un autor si es el personaje de su obra es poco menos que una impertinencia. El autor siempre negará categoricamente este hecho como cierto amigo niega últimamente llamarse Quintana.

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