jueves, 14 de abril de 2011

Gallardón, astuta izquierda infiltrada

Gallardón dice que debería haber una ley que obligara a los ayuntamientos a habilitar albergues suficientes para recoger a todos los indigentes que pueblan las calles de sus municipios.

¡Qué diferente suena esto a lo que verdaderamente ha dicho Gallardón!

¡Y qué poco aceptable para las buenas gentes – entre las cuales hay muchas en el PP – que se negarían en rotundo a que el ayuntamiento gastara dineros en esa panda de vagos desharrapados que ensucian nuestras calles!

En cambio diciéndolo como lo dijo: que debería haber una ley que permitiera a los ayuntamientos obligar a los indigentes que pernoctan en las calles a acogerse a albergues habilitados por los ayuntamientos, resulta muchísimo más admisible.

«Es un debate para toda España. Tenemos que aprobar una ley estatal que establezca que, cuando hay recursos públicos gratuitos y suficientes, sea obligatorio abandonar la vía pública»,La Razón

Todo lo que sea obligar, exigir, imponer, aporta un carácter casi de rentabilidad económica a cualquier acción. La acción, en ambos casos, sería la misma: que los ayuntamientos deberían habilitar albergues suficientes, lo cual les implica un gasto. Tal vez están los albergues vacío porque esta gente prefiere la calidez casi hogareña de un cajero o los bajos de un banco de parque antes que un incómodo albergue con cama, donde te obligan a ducharte. 

(esto, por lo visto, pasa, por lo menos en Barcelona: 
Actualmente hay unas 800 personas que duermen en la calle en Barcelona, pero desde el Área de Acción Social y Ciudadanía señalan que existen plazas suficientes para dar cobertura a todos ellos en albergues. La Razón )
Tal vez Gallardón esté únicamente intentando mejorar la rentabilidad de un gasto ya hecho. En cualquier caso resulta curioso cómo la forma de decir las cosas las vuelve aceptables por unos y rechazable por otros. Cambiando sólo la palabra obligar por la de permitir Gallardón se vería acosado por las buenas gentes que le votan y que ahora aplauden su iniciativa.
Podría pensarse que Gallardon es un quintacolumnista de la izquierda caritativa infiltrado en el PP que utiliza y manipula los recursos del leguaje para conseguir objetivos sociales que sus votantes nunca admitirían de labios de un rojo.
Si es así, estoy con Gallardón, ¡ánimo compañero, la lucha social continúa!
Ahora que, me temo, lo único que hay detrás es la proximidad de las elecciones. Pero, si fuera así, se hubiera limitado a expresar las típicas frases: "hay que barrer a esa escoria de nuestras calles", sin especificar claramente dónde habría que vaciar luego los contenedores. En fin, un zorrillo este Gallardón. ¡ánimo, compañero!
 

1 comentario:

  1. Bueno, ya se sabe: en tiempos de elecciones no son pocos los lobos que se visten de piel de cordero para poder aguantar otros cuatro años soliviantando a la población.
    Lo peor de todo es que esa misma población parece sufrir de amnesia selectiva cada vez que le toca ir a votar y acaba votando siepre a los mismos a pesar de sus tropelías.
    Y a sí nos va.

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