lunes, 5 de abril de 2010

Mi vida ahora

Me acaban de entrar ganas de preguntarme “¿Qué es mi vida ahora?”, porque de pronto me he sentido vivir. Uno se siente vivir cuando algo le pica. Por lo tanto esta pregunta en realidad es la tapadera de otra más banal “¿Qué me está picando, que no sé dónde rascarme?”. Me están picando muchas cosas, todas estúpidas, contingentes, como dice Jaime Jaramillo que no son las cosas de las que depende su felicidad: el excesivo gasto familiar, la última factura de Emalsa que delata una fuga de agua, la pertinaz postergación de la compra del coche, los suspensos de Tere, el último asesinato de una adolescente por otra adolescente, la falta de tiempo para leer Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato, mi vientre expansivo. Todo esto puede, de retorno, vestirse con expresiones grandilocuentes: la crisis económica que afecta a mi familia; un desastre ecológico a pequeña escala con implicaciones económicas inmediatas, posiblemente; el enfrentamiento contra el impulso consumista; el futuro de mi hija; la violencia de la sociedad; la falta de tiempo para mí y mis aficiones; la degeneración del cuerpo. Eso es mi vida ahora.

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