jueves, 29 de octubre de 2009

Trasuntos

Trasuntos

Un autor es más autor cuanto menos autor es.
Auto-r algo relacionado consigo mismo. Pues bien, yo no soy autor, sino de-alguno-r .
Somos muchos y ninguno puede decir que es. Por lo tanto ninguno es autor.
Si Pessoa tiene su "guardador de rebaños" yo también tengo mi cabrero,
y si Caeiro tiene su biografía y hasta su carta astral, Remigio tiene su pequeña historia.

Lo siguiente lo escribió con un un trozo de lápiz gastado sobre un cacho de papel
que lleva siempre debajo de la boina por si le alcanza la inspiración
en uno de sus eternos y melancólicos paseos:

Me acatarro por las mañanas
haiga el clima que haiga
y por las noches ronco y pito
si tu me quitas la manta
haiga el clima que haiga
me acatarro por las mañanas


El "tú" enigmático ese, es la cabra "pintada" a la cual miraba distraídamente a los
ojos mientras escribía. La jodía cabra tiene por costumbre quitarle la manta por
las noches y arrastrarla veinte pasos mas allá, los que el hombre no tiene ganas
de dar para recuperarla; se arrebuja en la chaqueta y sigue durmiendo.

Creo haber comprendido
durmiendo bajo mi manta
que el cielo nocturno es
lo mismo que lo es mi manta
manta de pobre herida

Aquí creemos que fue asaltado por la inspiración y casi el arrebato rebelde que lo
aproxima, en su orden, a Miguel Hernández.

¡ay, ay, ay ay! que yo no sabía
pa qué otra cosa servía
lo que creía conocer
y tu me lo hiciste saber
"pintada", cabrita mía

Inconfundible(inconfesable) poema erótico pero con tintes Juan Ramonianos evidentes.

De todas las flores del campo
las rojas te gustan más
también te llevo amarillas
que las sabes saborear
¡ay! mi cabrilla coqueta
cada día me gustas más

Tras su apertura a un nuevo universo emocional y lírico, Remigio atravesó una etapa romántica
preñada de un bucolismo colorista muy celebrado

Sin embargo, esta etapa se vio prematuramente truncada a causa del penoso incidente con las autoridades y la denigrante aparición en los medios de comunicación

Yo no sabía que era ilegal
amar como yo lo hacía
yo no sabía que hacía mal
cuando tanto te quería

En vanos intentos por defenderse quedó impresa su amargura

porque te he amado se burlan
porque tu eras peluda
porque lo hacía por detrás
¡qué saben ellos de amor
de cabras, ni de amar!

Remigio murió al enterarse de la muerte de su cabra. Quedó este réquiem

Yo quiero ser pastando allá en los cielos
compañero de luz en tu andadura
pintada mía de tu hermosura
reflejo en los cielos quiero ser.

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