miércoles, 5 de diciembre de 2007

Mediocridad

Soy mediocre en mi mediocridad.

Mediocreo mis textos y los dejo a mediocrear para ponerme a mediocrear otras cosas. La mediocridad es un rasgo de mi carácter - y no quisiera meter a mi familia en esto, pero creo que es heredado -- mi padre no estaría de acuerdo, él es muy grandilocuente, muy de palabras contundentes y seguras de su saber, pero tiene unos ojillos tan chiquititos -- y que mis hermanos sufren la misma maldición - y está metida en lo más profundo de cada uno de mis actos.

Se me dirá que somos legión los mediocres, aunque nadie se incluya en esta categoría. Y en eso también soy mediocre porque soy de la clase de aquellos que creen que su mediocridad es menor que la de los otros, es una mediocridad mediocre, lo que curiosamente suma en positivo.

Es mi forma de luchar contra mi mediocridad ser consciente de ella. Y por esa consciencia de serlo, alzarme por encima de la masa mediocre ignorante de su mediocridad.

En mi mediocridad soy un mediocre integral lo que tal vez me reste mediocridad, pero no es por envanecerme, juro que aún no he encontrado aquel rasgo de mi carácter en el que sobresalga hasta la satisfacción.

3 comentarios:

  1. Si la etiqueta de este texto es 'ficción', ¿debemos creer que usted no es un mediocre?

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  2. Lo que debemos creer es que aspiro a no serlo, empeño todo mi esfuerzo en ello, y, aún así, me temo que no lo consigo, pero no lo voy a reconocer poniendo una etiqueta del tipo: "verdades incontrovertibles"
    (No me trate de usted, por favor, señorita)

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  3. La mediocridad es la característica general de las sociedades actuales: nada es descatable; nada es elevado ni heroico. Ya lo advirtió Nietzsche. Y la Escuela de Frankfurt ("El hombre unidimensional", de Marcuse). Y Heidegger.

    Y si, de repente, surge algo de tal consideración (heroico, elevado, sublime) ya se encarga la mayoría de hacerlo palidecer hasta condenarlo al ostracismo.

    Quizás la nueva heroicidad consiste en reconcer que no podemos aspirar a ella. Tiempos raros, sombríos.

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