martes, 23 de mayo de 2023

Había una vez un circo

Había una vez

un circo

que alegraba siempre 

el corazón

(los payasos de la tele)

Con su mujer barbuda,

sus enanos payasos,

su malabarista paralítico

y su mago simplón

que hacía aparecer un conejo

de goma dentro de una boina,

porque no usaba chistera.

Un cáncer dejó a la mujer barbuda lampiña. El elefante volador aplastó a los enanos payasos. El malabarista paralítico recuperó la movilidad y se colgó del trapecio del que cayó la trapecista ciega, que no sabía que trabajaba sin red. El mago simplón se comió el conejo de goma y la boina, y al director gordo del circo. 

La carpa se fugó con el león.


Disculpa, pero no es esa clase de carpas.

Era un león viejo y estaba medio ciego. Supongo que pensó que era su último cartucho.

No, quiero decir que ... 

Post data. Es que hacía tanto tiempo que no ponía algo por aquí que ya estaba a punto de borrar este blog de mi lista de blogs actuales. Y mira, a mí el león me provoca ternura. Por la mañanas le caza el desayuno a la carpa que se queda en la cama un rato más. ¿Qué comen las carpas?, se preguntarán ustedes. De todo, mujeres barbudas, hombres serpiente, caballos alados, enanos y gigantes, domadores, trapecistas, elefantes, hombres lobo, mujeres pez (el león le aparta delicadamente las espinas de la parte de abajo y los huesos de la parte de arriba, él ya no mastica bien pero se hace unas sopas riquísimas). No piensan en los hijos, pero si vienen bienvenidos sean. 

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