lunes, 2 de mayo de 2016

Reflexiones (erráticas) en torno al origen de la mitología

 Concluyendo que la narración (que luego deviene literatura) lúdica o de entretenimiento fue previa a todo.


¿Cómo sería el despertar de ese primer hombre?
 ¿Tal vez frente al mar, observando la similitud entre lo de abajo y lo de arriba?, mismo aspecto, azul cuando está el sol y negro cuando no está. Todo es lo mismo, aguas de abajo y aguas de arriba.
Pero, ¿por qué no caen las de arriba hacia abajo? Ese es el miedo a que se desplome el cielo. Cuando llueve se está desplomando el cielo. Pero no cae definitivamente gracias a que hay columnas que lo sostienen. ¿Y qué otras serán esas columnas sino las montañas y los árboles más altos? Gracias a ellos no cae el cielo. 
Y si subimos tal vez alcancemos a percibir qué hay allá. Pero, ¿por qué va a haber gente? En el agua de abajo no puede vivir la gente, ¿por qué va a poder vivir en el agua de arriba? ¿Y las aves? Esas vuelan o nadan por el cielo lo mismo que los peces vuelan o nadan por el mar. Pero ellos no son gente. 

El cielo es luz, pero cuando está el sol. Cuando no está es oscuridad. La oscuridad da miedo porque en la oscuridad no podemos defendernos tan bien como en la luz. Somos seres débiles. Por lo tanto la oscuridad es mala, y la luz es buena. En las cuevas hay oscuridad, la misma oscuridad que cuando se va el sol. Las cuevas están en el interior de la tierra. Así que el mal está allí dentro. Y cuando morimos caemos a la tierra y nos pudrimos. Caemos hacia la oscuridad. Oscuridad es muerte, luego, luz será vida. El sol muere pero luego resucita. Cada día. Luz debe significar vida eterna. Luna, la luna nos ilumina en la oscuridad. Gracias a ella la oscuridad no es total. Nos ayuda en la muerte, en la oscuridad, no nos desampara del todo, como el sol. La luna es un consuelo en la oscuridad. Una esperanza de la luz. Igual que las estrellas. La luna es la primera de las estrellas. La principal. De día el sol lo llena todo, pero de noche, la población del cielo es infinita. ¿Qué son la luna y las estrellas? ¿Qué es el sol? Cuando el sol sale lo oculta todo. Solo él es visible. Cuando se va, retira su manto y nos deja ver todas esas otras luces menores. Incluida la luna. Que, en ocasiones aparece de día, junto al sol. Y si observamos, de noche, percibiremos regularidades. No es un simple caos de lucecitas. Se mueven a lo largo de la noche. Y el movimiento es distinto a lo largo del año. Hay otras que están fijas en el mismo lugar todo el tiempo. Nos servirán para orientarnos. El cielo de noche nos ayuda. Gracias a la luna y a las estrellas podemos orientarnos de noche. 

Hay, entonces, tres ámbitos: el cielo, la tierra y el mar. Del mar, poco sabemos. Hay animales que los pueblan, lo mismo que en la tierra y en el cielo. Algunos, son muy grandes, terribles. Muy raros, también. Muy distintos de los de la tierra y el cielo. Los del cielo tienen plumas, cosa que no tienen los de la tierra ni el mar. Los del mar tienen escamas, que se parecen, un poco, tal vez, a las plumas. Los del cielo son de la luz. De noche no los vemos. Aunque hay animales que vuelan de noche, esos son de la oscuridad. Malignos. Nos sorprenden y nos asustan. Los que vuelan de día los podemos ver y nos podemos defender de ellos si nos atacan. Pero no nos atacan. Solo se comen nuestros restos, incluso nuestros cadáveres. ¿Se los llevarán al cielo, a la luz? También los gusanos comen nuestros cuerpos, ¿se los llevarán a la tierra, a la oscuridad? 

 Los muertos se van. Ya no están dentro de los cuerpos. Debemos preservar sus cuerpos por si acaso vuelvan. ¿Los guardamos en la tierra? ¿No los guardaríamos en el cielo? Se los damos a las aves para que se los lleven a la luz. O los quemamos para que no vayan a la oscuridad de la tierra. Pero si los quemamos ya no podrán volver a usarlos si vuelven. Tal vez sepamos ya que nunca vuelven. ¿Por qué vamos a estar preocupándonos de sus cuerpos? Pero, ¿adónde van? Tal vez necesiten sus cuerpos allí. En la tierra, oscuridad, o en el cielo luz. Enterrarlos o quemarlos. O darlos a las aves para que los transporten. No dejarlos a la vista, porque huelen mal, malo, y los bichos que se arrastran se los comen. Hay que apartarlos. Y si los desenterramos, después de un tiempo, ha desaparecido su carne. Tal vez los huesos no les hagan falta allí donde van. 

Pero a mí no me salen espíritus. ¿Dónde están los espíritus? ¿Dónde esos seres alternativos a nosotros? Que no son animales, sino como nosotros, pero sin cuerpo, que se mueven por el aire, por el día (buenos) y por la noche (malos). No los veo. ¿De donde salieron? ¿Por qué hay dioses en el cielo? Bueno, esas luces nocturnas se mueven. Alguien tendrá que moverlas o ellas mismas. Y bailan regularmente unas alrededor de las otras y forman caprichosas figuras en el cielo. ¿Quién hará eso? ¿Quién moverá el sol, y la luna, y las estrellas? Hay viento, a veces muy fuerte. También el mar se mueve a veces muy fuerte, y hasta la tierra se mueve a veces muy fuerte. Alguien debe enfadarse mucho en ocasiones. Otras veces hace mucho sol o mucho frío. ¿Por qué? El fuego vino del cielo. Rayos. En medio de las tormentas. ¿Qué está pasando? ¿Se pelean acaso?

(La imaginación empezaría a jugar un papel preponderante en algún momento, la narración convertiría, tal vez, la simple aceptación en una explicación, que luego se iría elaborando, repitiendo, hasta crear una nueva realidad). 

El fuego nos cayó del cielo. Y nos calienta por las noches e ilumina en la oscuridad. Podemos penetrar en la oscuridad gracias al fuego. Y ya somos menos desvalidos en la oscuridad gracias al fuego. Además, el fuego endurece nuestros útiles. Gracias, fuego. Gracias a quién nos envió el fuego. Cayó del cielo en medio de una tormenta. Una pelea, tal vez. Entre seres invisibles y muy muy poderosos.

(A mí solo me cabe la imaginación en toda esta elaboración. Quiero decir, que no devino de forma natural poner seres en el cielo, sino que se fue construyendo, elaborando, imaginando. Tal vez, simplemente, de contar historias a los niños) 

 ¿Y por qué voy a poner espíritus en los árboles y en las rocas y en los ríos o arroyos? Esas cosas están ahí, me sirvo de ellos. No me pregunto por qué hasta que empiezo a tener imaginación y me invento historias. Desde lo alto los ríos parecen serpientes, así que relacionamos ríos con serpientes. Serpientes con agua. Pero, ¿espíritus? ¿De dónde salen? 
¿Ninfas, nereidas, duendes, hadas? No. Más tarde, cuando ya empezamos a contar historias. 

(Es decir, que, tal vez, la narración fue el origen de todo, es decir, de todo este espacio de imaginación en el que vivimos ahora. A partir de tener que contar para entretener fueron apareciendo seres que movían las estrellas y el sol, que hacían manar las aguas o que las movían, que traían el fuego benefactor, bajándolo del cielo, en medio de una de esas terribles peleas que allí ocurrían. 
Y al final esos seres se implantaron en nuestra existencia, o más propio decir, nosotros fuimos trasladando nuestra existencia hacia el mundo de esos seres que fuimos creando en nuestra imaginación y abandonando este mundo plano de la supervivencia. 
Tal vez ese fue el paso que nos enriqueció, que nos distinguió, es decir, que nos permitió distinguirnos a nosotros del resto de la naturaleza, y debido a ello hacernos más orgullosos, más fuertes, tomar la iniciativa por delante de la propia naturaleza).

2 comentarios:

  1. Interpretación de un crítico de tu comentario: "Resulta evidente que esta comentarista se ha visto impresionada por la alta calidad del texto además de por su profundidad, que indaga en los más arcanos secretos del alma humana; no cabe duda de que el texto en sí es un prodigio de reflexión que no puede dejar indiferente a nadie, al menos a nadie de entre el reducido grupo de privilegiados que consiga avanzar más allá de la primera línea, privilegiados que, sin duda, forman la vanguardia de este mundo abocado a la irrelevancia y la tontería, gracias a los medios de inculturación y al sistema educativo dirigido a domar inquietudes y encaminar los espíritus rebeldes hacia la consecución de objetivos banales como la posición social o el éxito económico". (a mí me gusta poner el punto por fuera)

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