viernes, 24 de abril de 2015
Iconoclastia verbal
En la Iglesia de la Virgen de la Pena, en Lisboa, el techo
está pintado con un curioso efecto que se aprecia cuando uno se coloca en el
punto exacto de cada esquina mirando a la esquina de enfrente; entonces las
columnas se alinean con la vertical y en efecto parece que hay una auténtica
balaustrada allá arriba. En cuanto a las figuras que se reparten por las
paredes, ciertamente resultan bastante ambiguas. La primera entrando a la
izquierda es una travestí orgullosa de su andar; pareciera que va liderando una
masa de transexuales en plena manifestación de orgullo gay con su bandera en ristre,
avanzando el muslamen por entre los cortes de la falda y con unas enormes alas
nimbándole las espaldas. Justo en frente de ella hay un atormentado gay en
pleno éxtasis sadomasoquista, y en las otras hornacinas aparece mujeres con
niños que uno no puede evitar relacionar con aquella otra al fondo que gusta de
pisar cabezas de bebés.
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