martes, 24 de marzo de 2015

Empirismo

Estoy de acuerdo con los empiristas ingleses (lo que vagamente fantaseé sobre ellos alguna vez que me dio por leer acerca de lo que pensaban). Nosotros aplicamos a la realidad una máscara, la máscara de nuestra interpretación del mundo. Con esa máscara tapamos parte de la realidad y dejamos a la vista otra parte, precisamente la que confirma nuestra interpretación. Si nuestra interpretación nos sirve para sobrevivir e ir un poquito más allá de la satisfacción de las necesidades primarias, entonces es una buena interpretación, pero eso no quita que la realidad sea otra que esa que nosotros percibimos a partir de nuestra interpretación. Que la contenga, claro, pero que contenga también otras muchas realidades interpretadas. Mejor o peor, eso también es una interpretación. Primero hay que establecer un objetivo, un para qué. Cada interpretación tiene su objetivo y por lo tanto dos interpretaciones distintas no son exactamente comparables. La otra siempre será peor en algún sentido que la que nosotros estamos acostumbrados a usar, simplemente porque no es la nuestra. Pero ambas funcionan si alcanzan el único objetivo que tiene en realidad la vida, sobrevivir.
Nuestra sociedad contemporánea se vanagloria de su magnífica interpretación de la realidad, frente a la de los animistas, espiritualistas o aquellos que tienen una visión de la realidad poblada de ánimas, dioses, fantasmas y espíritus. Pero al mismo tiempo somos todos cada día más impávidamente conscientes de que nuestra sociedad se encamina hacia la autodestrucción -destruimos el entorno del que dependemos, destruimos nuestra alimentación, nos destruimos entre nosotros- ¿es realmente buena nuestra interpretación y mala las de los indígenas perdidos en las selvas amazónicas? (probablemente de los pocos hábitats del planeta que aún conserven tribus en un estado primitivo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario