jueves, 26 de junio de 2014

Caso clínico

¿Qué me pasa, doctor?
Pues bien: presenta usted una clara sintomatología, que por otra parte resulta extraordinariamente peculiar; tanto que jamás me había encontrado con un caso semejante en todos los años que llevo ejerciendo esta profesión. Una sintomatología descrita en la mayoría de los manuales básicos de nuestra disciplina, siempre rematada con la apostilla de que se trata de una descripción puramente teórica, concluida después de haber estudiado miles de casos  de los cuales se han obtenido los síntomas coincidentes que se han sometido luego a largas y profundas discusiones hasta alcanzar un consenso nunca antes, ni después, logrado en ningún otro aspecto de nuestros estudios; una disciplina, como usted podrá suponer, tan ambigua y contradictoria como lo es el hombre mismo. Y aquí le tengo, contra todo pronóstico y hasta diría que desafiando mis propias convicciones científicas.
Lo sabía, es peor de lo que me imaginaba. Una de esas enfermedades raras, ¿no?
Rarísima, sin duda, pese a la profusión de documentación que se ha desarrollado y debatido sobre ella; de hecho, la base sólida y precisa sobre la cual descansa toda nuestra ciencia, que tal vez, a partir de ahora, gracias a usted, se vea reforzada, e impulsada quien sabe hasta qué cotas. Amigo, tengo el honor de afirmarle que tiene usted exactamente y punto por punto todos los síntomas de ser
  UNA PERSONA ABSOLUTAMENTE NORMAL.<==

3 comentarios:

  1. Todos los síntomas de ser. Esa sí que es una enfermedad muy rara.

    ¡Un abrazo!

    Antonio Lino.

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  2. La cosa no termina ahí.26 de junio de 2014, 14:27

    Hay que tener un poquito de curiosidad para rematar la historieta.

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  3. ¡Ahhh, ya lo pillé! ¡Mira que a ti te gusta ponerlo difícil!

    (De todas maneras mi interpretación del texto también es válida ¿no?)

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