1-ROMEO: Si yo profano con mi indigna mano este sagrado santuario, el castigo apropiado es: Mis labios, dos tímidos peregrinos, dispuestos están para suavizar el áspero contacto con un tierno beso. 2-JULIETA: Buen peregrino, yerras demasiado tu mano, la cual, piadosa devoción manifiesta en ello; Porque los santos tienen manos que las manos de los peregrinos tocan Y palma con palma es el sagrado beso de los palmeros. 3-ROMEO: ¿No tienen labios los santos, y los benditos palmeros también? 4-JULIETA: Ay, peregrino, labios que ellos deben usar para orar. 5-ROMEO: Oh, entonces, querido santo, dejemos que los labios hagan lo que hacen las manos. Que deban orar, gran Dios, es permitir que la fe se vuelva desesperación 6-JULIETA: Los santos no se mueven, pero consienten en bien de la oración. 7-ROMEO: Entonces no te muevas mientras mi oración tiene lugar. Así, de mis labios, por los tuyos, mi pecado es redimido. 8-JULIETA: Mantengan mis labios el pecado que han tomado. 9-ROMEO: ¿Pecado en tus labios? ¡Oh ofensa dulcemente infligida! Devuélveme mi pecado. 10-JULIETA: Besas como un maestro. |
ROMEO
[To JULIET] If I profane with my unworthiest hand This holy shrine, the gentle fine is this: My lips, two blushing pilgrims, ready stand To smooth that rough touch with a tender kiss. JULIET Good pilgrim, you do wrong your hand too much, Which mannerly devotion shows in this; For saints have hands that pilgrims' hands do touch, And palm to palm is holy palmers' kiss. ROMEO Have not saints lips, and holy palmers too? JULIET Ay, pilgrim, lips that they must use in prayer. ROMEO O, then, dear saint, let lips do what hands do; They pray, grant thou, lest faith turn to despair. JULIET Saints do not move, though grant for prayers' sake. ROMEO Then move not, while my prayer's effect I take. Thus from my lips, by yours, my sin is purged. JULIET Then have my lips the sin that they have took. ROMEO Sin from thy lips? O trespass sweetly urged! Give me my sin again. JULIET You kiss by the book. |
Esta es mi traducción del primer encuentro entre Romeo y Julieta. Romeo se acerca a ella y la toma de la mano, entonces hila su discurso bajo un manto de religiosidad lo que pone una máscara de santidad a este flirteo. Por cierto que es un baile de máscaras –al menos algunos van enmascarados –pero además estamos en un ambiente donde toda expresión debe tener tintes piadosos. En 1, Julieta es un lugar sagrado para Romeo, el cual lo ha profanado al tomarla de la mano. Eso justifica a Romeo para disculparse con un acto aún más audaz, besarle la mano. Obvio decir que todo lo que sigue es natural y conscientemente un torneo verbal entre Romeo y Julieta, un juego, un flirteo elegante. Quedamos pues en que Romeo toma de la mano Julieta y para disculparse por ese acto, encima va y se la besa. Al indicar que va a besársela para borrar el áspero contacto de su mano, dice de sus labios que son dos tímidos peregrinos –los labios ruborosos, es decir colorados, es decir tímidos-, esto da pie al resto de la lid verbal. Julieta en su respuesta 2, toma la palabra peregrino y se la atribuye a él. “yerras demasiado tu mano”, le dice, aunque ese error no es mal recibido. Eso lo sabemos porque, a pesar de que lo considera un yerro, es bienintencionado pues manifiesta devoción: los peregrinos, por devoción, tocan las manos de las figuras de los santos y los palmeros se saludan o besan chocando sus palmas. Los palmeros son los peregrinos que van a Jerusalen, que llevan una palma a imitación de aquellos que sacudían hojas de palma para celebrar la entrada de Jesús en aquella ciudad. Hay que mencionar aquí que los palmeros son una clase de peregrinos que van a Jerusalem, a diferencia de los peregrinos propiamente dichos que van a Santiago y que tienen como símbolo la concha de vieira, y por último se mencionarán a los romeros que son los que se dirigen hacia Roma que acostumbraban a llevar un cayado con una calabaza, para el agua. Por lo tanto Julieta recibe con agrado el contacto y posterior beso en la mano de Romeo, al bendecirlo con esa expresión de sacralizar el contacto de las palmas, sospecho que también es un juego de palabras con la palma de la mano, al menos en español funciona, palma con palma se referiría tanto a las sagradas palmas utilizadas para recibir a Jesús, como a las palmas de las manos, y al comparar una con otra, sagrada una, sagrada la otra. Vamos que ella está encantada.
Ahora viene una audacia aún mayor de Romeo. Se pregunta el tío,3: ¿no tienen labios los santos que se tienen que besar con las manos o los palmeros que tienen que besarse con las palmas? Y claramente está sugiriéndole a Julieta que se dejen de usar las manos y suban más arriba. Julieta se defiende,4: oye, que los peregrinos usan los labios para orar. Y aquí Romeo obra como un maestro de la esgrima verbal,5: pues cambiemos el oficio de las manos –las palmas que se besan– y los labios –que se deben limitar a orar–, es decir, que se besen los labios y oren las manos. Y justifica este intercambio en bien de la fe: que los labios deban limitarse a orar lleva a la desesperación, pudiendo besar. En cristiano le acaba de decir ¡me muero por besarte!, que dirían ahora en cualquier pelicucha o novelucha de amores creyéndolo una forma apasionada de expresar una apasionada emoción.
¿Se mosquea Julieta? Para nada. Continuando con la alegoría piadosa, ella le dice en 6: los santos se quedan quietos –son meras estatuas–, así que puedes hacer lo que te plazca. Y Romeo va y lo hace, 7: no te muevas mientras te beso. Pero volvemos a la alegoría religiosa: esto no lo hago por vicio, puesto que tú representas un santo, mi beso solo busca redimir su pecado. Julieta está encantada, le ha gustado el beso por lo cual, 8, guarda el “pecado” depositado en ellos. Romeo no está satisfecho, y sugiere otro beso, para lo cual emplea la excusa de que si ha dejado un pecado en los labios de Julieta debe recuperarlo, porque esos labios no pueden quedar manchados, 9. La última frase,10, de Julieta es un quitarse la máscara y dejarse de tonterías, nos hemos besado y por cierto que no lo has hecho mal.
Está deconstrucción del primer encuentro no está nada mal. Yo antes de tu leer tus explicaciones, pensé que el texto era una coña, una discusión de alcoba en la cual Romeo después de acariciarle los genitales rudamente a Julieta, como acto de desagravio se ofrece a realizarle un cunnilingus; interpretado de esta manera me pareció hasta muy erótico el diálogo. No obstante, debo reconocer que tu análisis es mucho más fundamentado y sesudo; me gusta a pesar de que me hace descartar mi primera y lúbrica interpretación.
ResponderEliminarYo también veía las cosas de esa manera, en la versión de don Marcelino, y me dije, uf, ni siquiera había nacido el marqués de Sade, algo raro hay en esta traducción.
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