miércoles, 6 de marzo de 2013

El Idiota, de Riforstoievsky

Hola, soy el Idiota
¿El famoso Idiota?
Bueno, no sé, pongamos que soy UN Idiota.
¡Oh, vaya!
Siento desilusionarle.
No es nada.
¿A cual Idiota se refiere usted?
No sé, todos hablan del Idiota. Pensé que sería usted, que sólo habría uno.
No sé cuántos hay. Sólo sé que soy, seguro, uno de ellos. Hay quien dice que somos multitud. No lo sé. Los idiotas no nos reconocemos entre nosotros. De hecho la mayoría no se reconoce ni a sí mismo.
¿Seré yo un Idiota?
¿Quién sabe?
¿Cómo se sabe?
Es una buena pregunta.
¿Como sabe usted que es UN Idiota?
Es usted una fuente inagotable de buenas preguntas.
¿No será usted un fraude?
¿Y que no sea un Idiota?
Eso.
No. Vamos no lo creo. Sería verdaderamente un... problema. Toda la vida... Cambiar a estas alturas... Verdaderamente un problema.
Cuando llegó dijo que era "el Idiota".
Sí, claro, me envió la Agencia.
¿Qué agencia?
Usted llamó pidiendo un Idiota, ¿no es cierto?
¿Hay una Agencia de Distribución de Idiotas?
¿No llamó usted?
No.
Me debo haber equivocado de dirección.
Eso, en alguna medida, confirma su atenticidad.
Es cierto. Pero de nada me sirve si no llego a mi destino.
Usted no sabe cómo se hizo idiota. No sabe si yo soy idiota. Solo sabe que es idiota. ¿Voy bien?
Por el momento, sí.
Estoy pensando...
Eso confirma, en alguna medida, que no es usted idiota.
No me interrumpa...pensando que usted no es idiota. O que más bien todos somos idiotas. Hay tanta indefinición al respecto.
Si sigue por ahí me quedaré sin trabajo.
Trabaje en otra cosa.
No sé hacer nada. Solo ser como soy, que hasta ahora pensaba que era ser Idiota.
Me parece que es usted como todo el mundo.  Yo podría ser un perfecto Idiota.
Lo dudo. Piensa usted demasiado.
Bueno. Otra Clase de Idiota.
Cuántas clases de Idiotas hay.
Hasta ahora hemos descubierto dos. Pero si seguimos profundizando encontraremos millones. Miles de millones diría. Exactamente cinco mil y pico millones.
Uf. Por eso hay tanto paro. No habrá trabajo para tantos. Es usted un peligro para la profesión.
Lo siento. Yo solo expongo la idea. No preveo sus consecuencias.
Es lo que tienen las ideas. Son como las armas. Nadie puede preveer para qué van a ser utilizadas.
Pero las armas tienen un fin concreto. Las ideas son más genéricas. No podemos dejar de pensar solo porque algunas ideas causen perjuicios.
Hombre, me haría usted un favor no divulgándolas demasiado.
No irá a amenazarme ahora.
Nada más lejos de mi intención... Miento. Por un momento he pensado en asesinarle.
Tenga cuidado. No se ponga a pensar y se suicide usted profesionalmente.
Me está usted enredando.
¿Y en qué consiste su trabajo?
Ya le he dicho. En ser simplemente Idiota.
Sí, pero, ¿qué hace usted?
Bueno. Nada. Llego. Me comporto como soy. Se ríen de mí. Me pagan y me voy.
Vaya. La verdad es que es un trabajo descansado. ¿Está bien pagado?
Sobrevivo. Me da para pagar el alquiler y la comida. Poco más.
Yo estoy sin trabajo. Tal vez me convendría proponerme a esa Agencia.
Son muy exigentes. No le aceptarían. Y menos si va usted exponiendo sus ideas a cualquiera.
¿A usted no le han parecido una idiotez mis ideas?
Un poco sí.
Pues eso.
Bueno. Será mejor que continúe buscando. No está la cosa para entretenerse.
¿No me daría la dirección de la Agencia?
Claro. ¿Por qué no?
Nos veremos, supongo, si me contratan.
No crea. Yo no conozco a ninguno de mis colegas. La Agencia es muy estricta en eso.
Pues adiós.
Adiós.

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