lunes, 8 de octubre de 2012

¿una vulgar experiencia infantil?

Hacía ya un año que sufría la infantil angustia de poseer un curioso juguete. Tenía doce años. Este juguete aumentaba de volumen a la menor oportunidad y parecía insinuar que, debidamente utilizado, podía ser fuente de delicias.

...

Mis manos, de forma totalmente inconsciente, iniciaron unos movimientos que nadie les había enseñado. Sentí que algo secreto y radiante se elevaba, con paso rápido, para atacarme desde dentro de mí. De repente estalló y trajo consigo una cegadora embriaguez...

Mishima, Confesiones de una máscara

No hay comentarios:

Publicar un comentario