martes, 25 de septiembre de 2012

Y para terminar, Hair Pomade


Cucumis metuliferus
Entre el Kiwi y el Plátano dicen que es su sabor. Desde luego este es uno de esos experimentos genéticos extraterrestres. Porque la fruta, a la que, los que indudablemente desconocen su nombre científico, llaman Fruta del Paraíso, tiene forma de tuno, aunque las espinas aquí son carnosas formando prolongaciones de la piel, como pellizcos, mientras que en un tuno son púas que crecen por  agrupaciones por toda la piel de la fruta, lo que la hace, si no difícil, incómodo cogerla. Han de barrerla primero, procurando hacerlo en un día que no sople mucha brisa y que haya humedad para que las púas no se vuelen y se te metan por todo el cuerpo. Aunque de todas maneras esto es inevitable. De los tunos se dice que si tienes el conocimiento de que existe uno en un kilómetro a la redonda, al instante después de saberlo te va a empezar a picar en alguna parte del cuerpo una púa de tuno.
Pero de quién hablaba era de la Fruta del Paraíso. Y de su extraño nombre científico que más parece designar perifrásticamente a una caca. “Esto, señores, es una cucumis metuliferus, vulgarmente llamada caca”, “Aaaah”, respondería asombrado el auditorio. Pues no, es una Fruta del paraíso con sabor entre plátano y kiwi. Que es otro nombre que también se las trae. A mí siempre me recuerda a un bote de betún de zapatos. Uno que llevaba una imagen de ese animal en la tapa. Luego había otros con un Ñu. ¿Será condición necesaria que los animales tengan nombres raros para que los usen como marca de betún? Entonces, indudablemente habrá un betún ornitorrinco. Un betún tsé tsé y un montón de marcas más que mi pobre desconocimiento en zoología no me permite aventurar. Porque betún “perro” o betún “gato” no parece que vaya a tener muy buena promoción publicitaria. Habría que ponerles un apellido o una habilidad, como la marca de quesos esa de La Vaca que Ríe, pero creo que con eso ya copan todo el mercado de animales que ríen. Cualquier otro animal que riese sería a imitación de la famosa vaca francesa.
No hay nada más ¿feo?, ¿gracioso?, ¿espantoso por antinatural?, o más que por anti natural, ¿qué lo es si puede ser?, por imprevisto,  que un animal riendo. Salvo los monos, claro. Pero un perro, un gato, cualquier otro animal con hocico riendo es algo horrible. Es anti natural, claro porque yo solo los he visto riendo en youtube y previo tratamiento videográfico. Pero me espanta esa visión como a muchos niños les espanta el payaso de McDonnald desde que el puñetero de Stephen King se dedicó a criminalizar a esos honrados profesionales del humor.
Apterix acabo de ver que es el nombre científico del Kiwi, el ave, que, para colmo, es paleognata, que no viene a significar que sea un bicho antiquísimo, como en un principio escribí y luego rectifiqué, sino al contrario, un bicho muy reciente. Una adaptación al aislamiento que sufrió en aquella isla, Nueva Zelanda, donde al parecer es representativo. (A los neozelandeses se les llama kiwis y la gente se ríe de ellos y los dibujan como la fruta con patas rechonchos y verdes… no, no es verdad, me lo acabo de inventar)
Coño, pues la marca Kiwi de betún es australiana y data de mil novecientos seis. ¿Qué hay de la ñu?
No era Ñu, era Búfalo
Y, mira, me he encontrado otra con un ¿qué? ¿ñandú o avestruz?
Y no sé por qué me vengo a acordar a hora del personaje de Oh Brother, de los hermanos Coen que era adicto a una crema brillantina para el pelo, y, oye, se me ha antojado saber exactamente qué crema era. Y con esto ya termino esta improvisación libre.
Hela aquí

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