lunes, 2 de mayo de 2011

La segunda muerte de Bin Laden


Para mí que ya lo habían matado durante los bombardeos de las montañas de Afganistán, pero, de todas maneras, esta euforia por la muerte de un hombre me parece algo excesiva. Contrasta sobremanera con las peticiones de un denominado “vicario” de Trípoli pidiendo compasión para Gadafi que está, el hombre, apesadumbrado por la muerte de un su hijo y algunos de sus nietos: “¡Eh, paren un momento la guerra que el pobre viejo está compungido por la muerte de su hijo!”. Una declaración de este tipo en plena guerra parece, cuando menos contradictoria. Como si Gadafi, un grande hombre, fuera el único padre que ha perdido un hijo y unos nietos en esa guerra. O tal vez el tipo no sabía en lo que se metía y lo ha cogido de sorpresa.
Y, al mismo tiempo, un montón de gente se reúne en Roma para echar un vistazo al cuerpo, difunto hace ya unos años, de otro grande hombre, ahora beato. ¿En qué consiste el regocijo espiritual que se goza en la observación de un cadáver corrupto, aunque bien vestidito? Confieso que yo también he ido a la catedral de Las Palmas a ver el cuerpo incorrupto del siervo de Dios Buenaventura Codina, pero ha sido por puro morbo, claro que yo soy un ateo, y en ese caso, mi acto es una clara profanación.
¿Expondrán ahora el cuerpo de Bin Laden como hicieron en su momento con el del Ché Guevara, allá en Bolivia? ¿Se publicará la foto de los valerosos soldados que acabaron con el líder terrorista, con un general americano señalando pulcramente el agujero de bala en el pecho del muerto tumbado en una camilla, y éste mirando, coqueto, aunque muerto, a la cámara? ¿Estarán ya los astutos americanos imprimiendo las camisas que serán vendidas entre los hippis “del mundo árabe” con la foto de Bin en blanco y negro?
Llevamos ya unos años viviendo momento histórico tras momento histórico. Ya tenemos ganas todos de que la Historia se pare un ratito y nos deje respirar.
Postdata.
Eulogio y los “mártires voluntarios” mozárabes.
Ya en el siglo IX los cristianos protagonizaron un levantamiento pacífico contra los opresores musulmanes, consistente en autoinmolarse presentándose ante una comunidad musulmana en plena oración y lanzando insultos contra Alá, Mahoma o cualquiera de sus parientes, y enarbolando el nombre del Dios – que no tiene nombre – cristiano. Eulogio podría ser su Bin Laden cristiano. Imagino las noticias de entonces:

LA HOJA DE CORDOBA (Año 859)
El líder de la secta cristiana ejecutado por blasfemo.

El patriarca Eulogio, líder de la secta cristiana de Córdoba, ha sido ejecutado hoy, despojándosele de su infiel cabeza, por intentar adoctrinar al Emir Muhammad I.

El patriarca cristiano Eulogio fue detenido el año pasado por ocultar en su domicilio a la apóstata Lucrecia contraviniendo gravemente las sagradas leyes islámicas, dictadas por Mahoma, Alá lo tenga en su gloria para siempre. En el juicio de Dios celebrado estos días atrás por estos gravísimo hechos, lejos de disculparse por su infracción, inició ante el mismo Emir Muhammad una encendida defensa de sus erradas creencias, despreciando e insultando la verdadera fe. Con gran magnanimidad del Emir le sugirió que se retractase. Haciendo, el cristiano, oídos sordos a tales ruegos, el Emir no tuvo otra opción, siguiendo las sagradas leyes, que condenarle a muerte.
Es de todos conocido que Eulogio es el principal instigador de los radicales cristianos que, en los últimos tiempos, enfervorizados por sus soflamas fundamentalistas, se lanzan sobre las pacíficas comunidades en oración, encendiendo su ira por medio de graves injurias contra la verdadera fe, con el fin de dejarse despedazar por estas justificadamente incontroladas masas. 
Estas deplorables acciones aumentan la desestabilización social que no puede sino favorecer los intereses de la minoría cristiana y contribuir a la ya de por sí delicada situación política del emirato andalusí.

2 comentarios:

  1. ¿Dónde quedó el estado de derecho de los occidentales? ¿Dónde se escondieron los derechos humanos? ¿Es la venganza la ley que queremos para nuestros hijos?

    Días llegarán que convertiran en buenos los actuales.

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  2. No me resisto al comentario. La versión peridística de las aventuras y desventuras del tal Eulogio no tiene desperdicio.
    Todo un alarde de ingenio y humor.

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