lunes, 22 de junio de 2009

Génesis

La realidad es muy sosa. El sueño es mejor. Cuando pienso en Génesis, el mítico grupo inglés, y cuando recuerdo mis largas sesiones continuas escuchando sus discos - el único que me compré fue el segundo: "Tresspass", los demás los escuché en cinta. - recuerdo sobre todo las sensaciones que me provocaba. Porque yo escuchaba aquella música con toda mi atención puesta en ella, para mí eran como sesiones de meditación completamente aislado del mundo.

Fue un grupo que me costó asimilar. Un amigo que tenía una hartada de discos, se empeñaba en hacérmelos comprender, pero yo, por aquel entonces - doce o trece años, tal vez catorce - prefería cosas como Kansas, o Richar Cocciante.
En el instituto escuché el Seconds Out y quedé prendado. Eso me llevó a comprarme el disco, el primero que pillé. Y ahí empecé a interesarme por la historia del grupo. Supe qué importancia tenía Peter Gabriel, y al final ignoré olímpicamente la nueva etapa de Genesis para sumergirme en la "antigua": "Nursery Crime", "Foxtrot", Selling England by the pound" y por fin "The limb lies down Broadway". Esto es todo lo que conozco de Genesis, a partir de aquí, para mí no eran el mismo grupo, solo el mismo nombre.
Mucho más tarde vine a saber que Seconds Out es el primer de esa segunda etapa, y ya no cantaba Peter Gabriel. Sin embargo el sonido seguía estando gracias a Steve Hacket.

A Steve Hacket fue al que fui a ver el viernes. Un concierto magnífico con sus guiños al recuerdo y con sus innovaciones más allá de Genesis. No soy partidario de la melancolía, y creo que este hombre vive mucho de los viejos tiempos, pero en el concierto tocó algunas cosas muy próximas al jazz y a un rock progresivo próximo a los que hace King Krimson que me parecieron interesantes (y soy consciente de que aun esto es "viejo").

El concierto estaba lleno de puretas - ¡anda, como yo! - y me sentí bastante patético en el sentido de que no había ido a escuchar música, sino, de alguna manera, a rememorar el lejano pasado. Me molesta mucho estas confusiones, y huyo bastante de todo tirón melancólico, de hecho, las pocas veces que había tenido ocasión de escuchar las cosas de Steve Hackett después de Génesis no me habían interesado porque no eran más que reelaboraciones del sonido que hacía en el grupo. Admiré mucho tiempo a Peter Gabriel porque en su nueva etapa rompía completamente con todo aquello y siguió evolucionando.

Así y todo fui al concierto porque se trataba de "Steve Hackett, el guitarrista de Génesis", y lo disfruté, compartiendo con mis contemporáneos el recuerdo de viejos tiempos y escuchando en directo buena música. La música en directo es otra cosa. Muchas veces es música de menor calidad, la calidad es sustituida por la experiencia directa del sonido en todo el cuerpo.

Es una experiencia, la de la música en directo, que disfruto poco porque me incomoda la gente que muchas veces acude a los conciertos más a "estar por allí" que a disfrutar de la música y al final uno no puede escuchar a gusto porque se ve zarandeado de un lado para otro y estás más pendiente las conversaciones y los gritos y las latas y vasos volando de aquí para allá.


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